Si bien abril tiene fama de gris y lluvioso, en promedio llueven 5 días al mes (aunque tenemos el recuerdo fresco de un 2016 con 10 días de lluvia). Su promedio en 66 años es de 102 mm.
Abril es un mes clave para la cosecha de soja en nuestra zona. También es un mes que puede traer tormentas convectivas que provocan inundaciones graves como las de Pergamino en 1995, Santa Fe en 2003 y La Plata en 2013.
Es el momento de transición de la estación cálida a la fría y la probabilidad de choques de masas de aire caliente y fría aumenta. A veces al aire frío le cuesta prevalecer y se forman los denominados frentes estacionarios que son la gran amenaza para la ocurrencia de lluvias abundantes en breves lapsos.
Abril no presenta un patrón definido en el volumen de sus lluvias. En la siguiente tabla podemos ver la frecuencia de diferentes rangos de registros de lluvias de abril en el partido de Salto. No hay un rango que prevalezca.
Y a lo largo de los años presenta una tendencia creciente en sus precipitaciones.
Sin embargo sus récords comienzan a ponerse añejos. Los mismos son de la década del 90, años en los que abril tuvo el mayor promedio. El año pasado se ubicó 7mo en el ranking de las lluvias de abril desde 1951 a la fecha.
Entre los valores mínimos se destaca 2008, que ya mostraba un aviso de la terrible sequía del verano siguiente. Abril es el principal mes de almacenaje de humedad, y ese año, ya dejó un déficit que no pudo recuperarse en el resto de la campaña.
El abril próximo a comenzar no presenta señales definidas de Niño o Niña, y seguramente sus lluvias estarán influenciadas básicamente por la entrada de humedad del océano Atlántico. Un dato a tener en cuenta es la anomalía positiva de temperatura que presenta el Atlántico frente a las costas de la provincia de Buenos Aires.
Apenas a una semana de iniciar el cuarto mes del año, los principales meteorólogos del país no coinciden en sus pronósticos. Abril, como siempre, no da señales del rumbo que tomará.
