\u00bfLlovi\u00f3 el 25 de mayo de 1810? \u00bfPor qu\u00e9 \u00abEl Sol del 25\u00bb?
El texto del historiador Miguel Ruffo pone el ojo en los eventos meteorol\u00f3gicos de la Semana de Mayo.\u00a0
\u00bfLlovi\u00f3 durante la Semana de Mayo? \u00bfHab\u00eda paraguas en 1810? Si llovi\u00f3, \u00bfc\u00f3mo explicar la expresi\u00f3n \u201cel Sol del 25 de Mayo\u201d?<\/p>\r\n\r\n\r\n\r\n
Respecto del d\u00eda 22 de mayo, cuando se realiz\u00f3 el Cabildo Abierto, en el Museo Hist\u00f3rico Nacional (MHN) se ha conservado un interesante testimonio escrito. Se trata de una de las esquelas de invitaci\u00f3n cursadas por el propio Cabildo de Buenos Aires a los vecinos de la ciudad para que participaran del encuentro. El vecino en cuesti\u00f3n era Pedro D\u00edaz de Vivar, quien no asisti\u00f3 a la asamblea del 22 por estar el d\u00eda lluvioso. En la esquela impresa que lleva por identificaci\u00f3n la expresi\u00f3n: \u201cInvitaci\u00f3n al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, extendida a nombre del Sr. Pedro D\u00edaz de Vivar\u201d, se lee adem\u00e1s, manuscrita a tinta, la siguiente explicaci\u00f3n: \u201cPor aver llovido el 22\/no fui al cavildo, teme\/roso de la humedad, y\/ fr\u00edo. Fui con mi hijo\/ Marco el 23 a las 9 \u00bd de\/ la manana [sic], pasamos\/…el\/ hermano del Aguacil\/Mayor Mancilla, y nos\/respondi\u00f3 el Exmo. Cavil-\/do que ya era tarde, porque\/estaba cerrada el acta\u201d [se respeta la graf\u00eda original]. As\u00ed pues, el 22 de mayo llovi\u00f3. Pero \u00bfqu\u00e9 decir del 25?\u00a0 <\/p>\r\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" \u00bfLlovi\u00f3 el 25 de mayo de 1810? \u00bfPor qu\u00e9 \u00abEl Sol del 25\u00bb?El texto del historiador Miguel Ruffo pone el ojo en los eventos meteorol\u00f3gicos de la Semana de Mayo.\u00a0\u00bfLlovi\u00f3 durante la Semana de Mayo? \u00bfHab\u00eda paraguas en 1810? Si llovi\u00f3, \u00bfc\u00f3mo explicar la expresi\u00f3n \u201cel Sol del 25 de Mayo\u201d? Respecto del d\u00eda 22 <\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":4972,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4970"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=4970"}],"version-history":[{"count":6,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4970\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9788,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4970\/revisions\/9788"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media\/4972"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=4970"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=4970"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.meteosalto.com.ar\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=4970"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
Vicente Fidel L\u00f3pez, en su Historia de la Rep\u00fablica Argentina, dice que el 25 de mayo de 1810 \u201cla tarde estaba lluviosa y destemplada; el piso de toda la ciudad era un empapado barrial. Las veredas escasas y de mal\u00edsimo ladrillo sobrenadaban en un fondo acuoso e insubsistente. Pero a pesar de todo eso, la plaza se llen\u00f3 en un momento de damas y se\u00f1oritas, con los colores celestes que distingu\u00edan el penacho tan popular de los Patricios\u201d.\u00a0
Y para quienes puedan creer que como esto fue escrito hacia 1883 y su historiador era adepto a la historia filos\u00f3fica y a la revalorizaci\u00f3n de las tradiciones orales, y que pudo haber cometido un error a tantos a\u00f1os de distancia, basta citar para refutarlos la propia Acta del Cabildo del 25 de Mayo, donde leemos: \u201cCon lo que se conclui\u00f3 la acta de instalaci\u00f3n, retir\u00e1ndose dicho Se\u00f1or Presidente, y dem\u00e1s SS vocales, y Secretarios de la Real Fortaleza por entre un inmenso concurso con repiques de campana, y salva de Artiller\u00eda en aquella, a donde no pas\u00f3 por entonces el Excelent\u00edsimo Cavildo, como lo hav\u00eda egecutado la tarde la instalaci\u00f3n de la primera Junta, a causa de la lluvia que sobrevino, y de acuerdo con los Se\u00f1ores Vocales, reservando hacer el cumplido d\u00eda de ma\u00f1ana y lo firmaron de que doy fee\u201d [se respeta la graf\u00eda original]. Por consiguiente, tambi\u00e9n llovi\u00f3 el 25 de Mayo. Pero nos resta responder una \u00faltima pregunta: \u00bfhab\u00eda paraguas?\u00a0
En un trabajo publicado en 1960, el historiador Enrique de Gand\u00eda escribe: \u201cLos regidores presenciaron el espect\u00e1culo divulgado por miles de l\u00e1minas: una peque\u00f1a parte del pueblo de Buenos Aires \u2013quinientas personas sobre un total de sesenta mil habitantes que ten\u00eda la ciudad\u2013, reunida frente al Cabildo. Lloviznaba, y mucha de aquella gente ten\u00eda los paraguas abiertos. Pintores contempor\u00e1neos han criticado a sus colegas, autores de cuadros con una visi\u00f3n de paraguas frente a los balcones del Cabildo, diciendo que en aquel a\u00f1o a\u00fan no se conoc\u00edan los paraguas en Buenos Aires. Podemos desvanecer los fundamentos de su malignidad; en aquel entonces, y desde largo tiempo antes, se conoc\u00edan y eran usados por cualquier persona, paraguas como los de hoy en d\u00eda. La menci\u00f3n de paraguas se halla en muchos documentos de 1809 y a\u00f1os sucesivos\u201d. Entonces: s\u00ed hab\u00eda paraguas en la \u00e9poca, lo que tal vez pueda discutirse es el grado de difusi\u00f3n de dicho elemento entre la poblaci\u00f3n, es decir, si disponer de uno de ellos estaba al alcance de todo el mundo o eran un art\u00edculo reservado para el consumo de la elite. Nos inclinamos por la segunda posibilidad.
Y entonces \u00bfen qu\u00e9 queda lo de \u201cel Sol del 25 de Mayo\u201d? Es una cuesti\u00f3n simb\u00f3lica: el sol representa el nacimiento de una nueva naci\u00f3n y en particular el Sol Incaico (los incas eran los Hijos del Sol), en un contexto donde tras la revoluci\u00f3n se revaloriz\u00f3 el pasado ind\u00edgena, por lo cual hasta hoy vemos el Sol Incaico en nuestros s\u00edmbolos nacionales (el escudo y la bandera).
Asimismo, en las poes\u00edas escritas en el per\u00edodo de la revoluci\u00f3n y la independencia hay alusiones al Sol del 25 de Mayo. En la Lira Argentina encontramos, entre otras, la poes\u00eda Oda, en unos de cuyos versos leemos: \u201cA tierra, polvo, y nada\/ Quedar\u00e1 reducido por un rayo\/ De tantos, que fulmina el sol de mayo\/ En una de tus horas claro d\u00eda\/ Se oy\u00f3 la vez primera\/ Aquella grata voz que repet\u00eda\/ En torno de la esfera\/ En ecos dulces, tiernos, soberanos\/ Libertad, libertad, Americanos\u201d. O la Canci\u00f3n Patri\u00f3tica que, entre otros versos, dice: \u201cAl sol que brillante\/ Y fausto amanece\/ Aromas, y canto\/ Am\u00e9rica ofrece\/ La l\u00f3brega noche\/ De la servidumbre\/ Huy\u00f3 de la lumbre\/ Del Febo de Mayo. (…) La patria despierta\/ Y su rostro hermoso\/ Ba\u00f1a luminoso\/ El rayo solar\u201d. Por \u00faltimo, citamos algunos versos de Al 25 de Mayo de 1822. Oda Patri\u00f3tica: \u201cSalud, astro del d\u00eda refulgente\/ Sol de mayo, salud; la patria m\u00eda\/ Alborozada en el augusto d\u00eda\/ Que la mir\u00f3 naciente\/ Jam\u00e1s tan placentera (…)\u201d. web: http:\/\/trascarton.com.ar\/\u2026\/307-illovio-el-25-de-mayo-de-181\u2026<\/a><\/p>\r\n\r\n\r\n\r\n