2015, el año que vivimos en peligro (primera parte)

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Un desastre natural no se puede detener, o al menos no sabemos cómo hacerlo, pero conociendo que las condiciones están dadas para que ocurra, quizás podamos atenuar sus consecuencias.

A un año de la mayor crecida de nuestro río, es importante repasar algunos datos previos a la catástrofe que pudieron habernos advertido del peligro que se avecinaba.

En la web accuweather.com el pronóstico de lluvias para nuestra ciudad del día 2 de agosto de 2015 para los próximos diez días era de 214 mm. Este tipo  de pronósticos tienen un altísimo grado de error, pero en esa oportunidad, fue curiosamente preciso. En los diez días siguientes en Salto llovieron 223 mm.

¿Sólo lluvias de 223 mm en agosto alcanzan para causar el desastre que finalmente ocurrió? Definitivamente no. Esas lluvias fueron el último empujón de un ambiente hídrico que se fue preparando muchas semanas y meses antes.

Agosto tiene un promedio de lluvias de 47 mm. En los últimos 66 años solamente superó los 200 mm en dos oportunidades, en 2012 y en 2015. En 2012 no hubo ningún tipo de desastre. Pero en 2015 fue total.

La primera diferencia la debemos buscar en la distribución de las lluvias. En 2015 se concentraron en 5 días, del 6 al 10 de agosto. En 2012  se distribuyeron a lo largo del mes. Pero si hurgamos en mayores detalles nos daremos cuenta que los ambientes predisponentes en cada año fueron absolutamente distintos.

Cuando llegamos a inundaciones como las del 2015, difícilmente las mismas ocurran sólo por las lluvias de cinco días.

Para que 223 mm repartidos en 5 días provoquen semejante desastre tiene que haber antecedentes que permitan que esto acontezca. Cuando hablamos de antecedentes, debemos saber cuánta agua permitían almacenar los suelos , cuánta agua podía  albergar el río,  cuánto es lo que llovió en las semanas y meses previos y cuánto es el promedio histórico de esos períodos.

Podemos hacer un ejercicio de saber cómo estamos hoy respecto a años anteriores. ¿223 mm en los primeros días de agosto pueden provocar este año la misma catástrofe?

¿Sobre qué condición hídrica de los suelos cayeron esos 223 mm? Haciendo un repaso de los últimos 5 años podemos ver que 2014 y 2015 llegaron a agosto con excesos que mostraban un potencial peligro.

Vamos a revisar los siguientes parámetros:

Lluvias en los 10 y 20 días previos: estas lluvias son la que cargan el perfil superficial del suelo. Es normal que puedan presentarse excesos de hasta un 300% sin consecuencias. Sus excedentes podrían acumulados por las napas y alguna pequeña recarga a ríos y arroyos (si es que éstos ya no están con su capacidad cubierta).

Lluvias en los 30, 60 y 90 días previos: estos datos pueden mostrar la capacidad de absorción de los suelos en todo su perfil. Los sobrantes, dado que son períodos más extensos, son más voluminosos. Entonces, esos excesos  pueden repercutir en alguna suba de napas y los arrastres hacia los cursos de agua pasan a ser más importantes.

Lluvias en el último año y últimos tres años: estas medidas nos darán una idea del nivel de napas. ¿Por qué es importante el nivel de napas? Porque si están altas o incluso en superficie, no hay posibilidades de retener lluvias. Casi todo lo que llueve es excedente y todo va a los cursos de agua. Entonces ante lluvias poco importantes vemos una respuesta a veces abrupta en el nivel del río. Con todos estos parámetros en positivo y con números más que significativos, una lluvia de 25 mm puede causar una respuesta de dos o tres metros en la crecida del río.

Es como tirar un chorrito de agua en un vaso que está lleno. El mismo invariablemente va a rebalsar porque no puede contener más agua. Ese chorrito en un vaso vacío no genera ningún inconveniente.

Repasemos la situación de los diferentes años en las fechas 20/7, 31/7 y 10/8

Situación al 20/7: si bien en julio de 2015 hasta ese momento no había llovido, los datos de 60 y 90 días previos mostraban excesos importantes, lo mismo que el acumulado de 3 años. Claramente no había capacidad de absorción ni por el perfil superficial del suelo y tampoco había napas bajas para recibir los excedentes, dado que en 36 meses habían llovido 3974 mm (un 23% más de lo habitual). La altura del río estaba “normal”. Tomando como parámetro de normalidad unos 85 centímetros, el nivel para el 20 de julio era de 93 cm. El año 2014 también mostraba números potencialmente peligrosos, pero por suerte en agosto de 2014 no cayó una gota. En 2013 sólo había un indicador preocupante que era la anomalía de las lluvias del último año (+31%). Y en este 2016 el ítem a destacar es el acumulado de los últimos 36 meses (+16%) que nos da una idea que los reservorios de agua aún no tienen mucha capacidad de recepción.

situación 20-7

tabla 20-7Situación al 31/7: al finalizar julio de 2015, se sumaron 48 mm (el día 29) que cambiaron abruptamente el panorama. Si bien 48 mm no es una marca importante, termina siendo impactante cuando caen sobre perfiles y napas sin posibilidad de absorción, y a eso se suma que las lluvias son generales en toda la cuenca. Comparando los últimos 5 años, sólo 2015 queda al 31 de julio con todos los parámetros positivos. Es por eso que el río con  esos 48 mm superó el nivel de 4 metros.

río 31-7En meteorología se denomina década a cada uno de los períodos de 10 días en los que se divide el mes.

El año anterior, 2014 seguía mostrando valores de excesos importantes.  En 2014 el río explotó con dos picos de crecida superiores a los 8.50 m en las lluvias de fin de octubre y principios de noviembre cuando llovieron en buena parte de la cuenca entre 200 y 300 mm. Las marcas que alcanzó el nivel del río no hicieron más que mostrar que 2014 fue un año potencialmente peligroso en toda su extensión. En 2012 los déficits hídricos eran notables y los 215 mm que caerían en agosto de ese año, no causarían mayores inconvenientes. El 2013, quedó dicho, el indicador más peligroso estaba en las lluvias del último año. El dato negativo era el de carencia en los últimos 3 años que permitían inferir que las napas aún tenían un reservorio importante para recibir algunos excedentes.

situación 31-7

tabla 31-7¿Y este año cómo estamos? Si bien vemos que los caminos rurales están muy deteriorados por el barrial que se mantiene desde hace varias semanas, en los campos las lagunas han retrocedido y están con superficies muy inferiores a las que presentaban el año pasado.

Decir que 223 mm en los próximos días no causarían un gran problema sería una falacia. Pero primero, por suerte, no hay tal pronóstico y además los suelos no tienen las condiciones predisponentes de 2015. Para causar el mismo daño se necesitarían más milímetros que los caídos durante el año pasado.

El próximo 10 de agosto MeteoSalto publicará la segunda parte de esta nota con la situación al 10 de agosto de cada año, y cómo hubiesen impactado esos 223 mm en los otros años considerados.

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